En esta ocasión se ha tratado un tema específico, y es el límite de la longitud de las líneas de texto en el kernel Linux. Hay personas a las que les gustan las líneas un poco más largas para no malgastar espacio en vertical, y otros que prefieren líneas más cortas para que no ocupen demasiado a lo ancho. Es más una cuestión de gustos o casi estética.
Algunos piensan que los monitores y resoluciones de pantalla se han vuelto tan grandes en los últimos años que se debería permitir escribir líneas mucho más largas en los ficheros de código del kernel. De hecho, uno de los desarrolladores llamado Alastair D’Silva está entre los que piensan eso, y publicó un parche que permitía longitudes de línea de 64 bytes en lugar de los actuales 16 o 32 bytes.
Algunos como Petr Mladek no les gustó esto, ya que piensa que 64 bytes significa tener más de 256 caracteres por cada línea, y duda de que cualquier humano le resultara fácil leer una línea tan larga de una forma sencilla, y que además la resolución de pantalla necesaria para ajustar ese tipo de líneas debería ser superior a la HD estándar, y que probablemente aún había desarrolladores con pantallas modernas con esas resoluciones.
Parece que hay pocas posibilidades de que el parche escrito por Alastair llegue a incluírse de forma oficial en el núcleo Linux. Además, sabemos que Linus Torvalds es muy estricto en cuanto a no favorecer a unos desarrolladores más que a otros y asegurarse de que los desarrolladores pueden trabajar incluso con equipos humildes, hardware antiguo y low-cost. De hecho, la longitud de líneas no es algo nuevo, ya se trató en el pasado. El propio Linus habló sobre la longitud cuando se discutía sobre subir de las 80 a los 100 carácteres, y prefirió mantener las 80 en aquel momento (7 años atrás).