Los responsables de la distribución de Canonical se han reunido con los mantenedores de todas las ediciones oficiales de Ubuntu para consensuar una política común en torno a los formatos de paquetes permitidos por defecto. La decisión, que habrían tomado en conjunto, es que todas las variantes sin excepción se basarán únicamente en Deb y Snap a partir de ahora, tal y como hace la edición principal del sistema.
En concreto, ni Ubuntu ni ninguna de sus ediciones oficiales, los conocidos como sabores de Ubuntu, preinstalarán soporte de Flatpak alguno, como se venía haciendo en casos determinados. El anuncio lo ha dado Philipp Kewisch, Community Engineering Manager en Canonical y ya está recibiendo los primeros apoyos y críticas, pues si bien razona la decisión de una manera más coherente de lo escuchado hasta el momento, no todo lo que cuenta parece corresponderse con la realidad.
A saber: Kewisch sostiene que la decisión ha sido consensuada por todas las partes. Sin embargo, este relato, por posible que sea, suena un poco raro y el mejor ejemplo de ello lo tenemos en los planes anunciados por Xubuntu hace apenas un mes, según los cuales la distribución iba a lanzar una variante de tamaño reducido con soporte por defecto Flatpak y que, de acuerdo a esta nueva política, ya no verá la luz.
Otras críticas a esta decisión se basan en algunas de las palabras de Kewisch, que describe a Ubuntu como «una comunidad de comunidades», lo cual es cierto, pero lo hace con un énfasis en el término que, de nuevo, no se corresponde con la realidad: sí, Ubuntu tiene detrás suyo una gran comunidad formada a su vez por otras más pequeñas; pero esta decisión no se ha tomado consultando a la comunidad. De hecho, solo cabe recordar aquella famosa frase de Mark Shuttleworth, CEO y fundador de Canonical y Ubuntu, en la que lo dejaba todo bien claro: «esto no es una democracia«.
Por otro lado, tampoco es que los sabores de Ubuntu estuviesen muy por la labor de ofrecer Flatpak por defecto. Al margen del cambio fallido de Xubuntu, solo Kubuntu y Ubuntu Unity preinstalan por defecto Flatpak, mientras que casi todas preinstalan Snap.
Con respecto al razonamiento detrás de esta decisión, al menos se sostiene un poco más que lo expuesto hasta ahora. Aquello de «Flatpak no es para Ubuntu» que dijo Shuttleworth no se basaba en los mejores argumentos. Kewisch, por su parte, explica que «Ubuntu se basa en paquetes Deb y en las ventajas de Snap. Nuestro objetivo es proporcionar una experiencia de usuario segura y simple y facilitar el mantenimiento de paquetes».
En contra de los que se pueda considerar, esta postura tiene sentido: todos los paquetes que se ofrecen por defecto a través de la tienda de aplicaciones están bajo el control de Canonical, lo que en principio aporta una mayor seguridad al entorno. Y, por supuesto, por delante incluso de ello está la decisión soberana de hacer las cosas como crean convenientes, como hacen todas las distribuciones, muchas de las cuales se han plantado con Snap por diferentes motivos. Por no mencionar lo obvio: Flatpak es competencia directa de Snap.
Sea como fuere, está bien que Canonical se explique como lo ha hecho, razonando la decisión tomada aunque sea solo en parte. Ahora bien, más les vale que no vuelvan a pasar episodios como estos o, como mínimo, que no los vuelvan a intentar excusar de la manera en que lo hicieron, porque entonces los argumentos que han dado ahora en relación a la seguridad no sirven para nada.
Con todo, que nadie se inquiete, porque tanto Ubuntu como todos sus sabores oficiales van a seguir permitiendo la instalación y uso de Flatpak de manera sencilla: simplemente habrá que instalarlo y configurarlo a mano, lo cual se hace en un periquete. De hecho, Ubuntu lo pondrá más fácil para instalar Flatpak que Linux Mint para instalar Snap, porque todo lo necesario está en los repositorios (y para versiones más recientes de Flatpak hay PPA).
Resumiendo, todo se queda casi como estaba, aunque la declaración de intenciones de Canonical para con Ubuntu no se puede pasar por alto. Solo una cosa: más les vale mejorar cuanto antes ese desastre de Snap Store (el fork del también defectuoso GNOME Software, no el servicio; están en ello, pero van muy lentos), porque si la excusa es ofrecer una buena experiencia lo que lleva sucediendo durante los últimos años es todo lo contrario.
La entrada Ubuntu veta la preinstalación de Flatpak en todas sus ediciones oficiales es original de MuyLinux