Que Linux tenga protagonismo en temas relacionados con el espacio es algo que a estas alturas no sorprende, aunque tiene que convivir con soluciones privativas como el sistema operativo VxWorks empleado por el rover Perseverance y otros vehículos similares. Lo último de lo que nos hemos enterado es del uso de Red Hat Enterprise Linux (RHEL) y OpenStack para crear una nube privada dirigida a almacenar compilaciones de simulación, pruebas y análisis de la nave espacial Orion, la cual será empleada en la misión Artemis II de la NASA.
La empresa que está detrás del uso de RHEL y OpenStack para una nube privada es Lockheed Martin, la principal contratista y la desarrolladora de la nave Orion, que se ha embarcado en un extenso programa de simulación para garantizar el rendimiento óptimo de la nave espacial en diversas condiciones. La intención es diseñar la nave con el propósito de que sea capaz de enviar a humanos a la mayor distancia en el espacio conocida hasta ahora, más concretamente a unos 64.000 kilómetros más allá de la Luna.
Como bien indica su nombre, Artemis II es la segunda misión de una serie impulsada por la NASA que pretende hacer que el ser humano vuelva a pisar la Luna cincuenta años después. La primera misión, Artemis I, fue llevada a cabo hace un año, duró tres semanas, no estuvo tripulada y tuvo como objetivo realizar un viaje alrededor de la Luna antes de regresar. Artemis II, que se ejecutará el año que viene, sí tendrá tripulación en un viaje de diez días que se hará en la nave Orion, mientras que Artemis III debería de alunizar y permitir a seres humanos volver a pisar el satélite después de varias décadas.
La fragilidad de los seres humanos en el espacio hace que se tengan que realizar estudios minuciosos y muchas simulaciones para estar seguros de que todo saldrá bien. Aquí es donde entran las implementaciones en nube privada de RHEL y OpenStack empleadas por Lockheed Martin, las cuales son utilizadas para probar y analizar el software de vuelo de la nave Orion.
Gracias a OpenStack, los desarrolladores de Lockheed Martin pudieron almacenar compilaciones de simulación y entornos de prueba de manera eficiente. Además, este sistema ha permitido la ejecución de múltiples versiones del software de vuelo simultáneamente, mejorando así la utilización del hardware y reduciendo las demandas operativas.
Por otro lado, las capacidades de automatización de la plataforma juegan un rol crucial al proporcionar una implementación rápida y consistente de imágenes de máquinas virtuales y procedimientos de apagado y valores predeterminados de retiro automatizados.
El sistema operativo, por su parte, se encarga de suministrar la estabilidad, la seguridad y el rendimiento necesarios para que las simulaciones salgan exitosas desde el lanzamiento hasta el aterrizaje. Lockheed Martin pudo con la ayuda de la combinación de RHEL y OpenStack culminar una simulación integral de 28 días que cubrió diversos escenarios y en unas fechas muy anteriores al lanzamiento de Artemis I, por lo que se supone que hay trabajo adelantado.
Y aquí otro capítulo más en el que Linux juega un papel importante en las misiones espaciales, en este caso abarcando las simulaciones necesarias para garantizar que la nave sea capaz de hacer el viaje correctamente y abarcando distintas condiciones.
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