¿Cuántos correo electrónicos tienes almacenados en tu cuenta? ¿Miles? ¿Decenas de miles? ¿Cuántos recibes al día? ¿Un centenar? Y de todos ellos, ¿cuáles son realmente importantes? ¿Apenas un centenar? No nos importa tener miles y miles de mails en en nuestra cuenta porque creemos que no hacen daño a nadie. Son bits de información almacenados y algún servidor y no molestan. Pero nos equivocamos. Resulta que son contaminantes.
Un estudio encargado por la compañía energética OVO calcula que los británicos envían más de 64 millones de correos electrónicos innecesarios todos los días, y que si cada adulto en el Reino Unido enviara un correo electrónico de agradecimiento menos al día, se ahorraría más de 16.433 toneladas de carbono al año, equivalente a 81,152 vuelos a Madrid-Londres o retirando 3.334 coches diésel de la carretera.
¿Es realmente cierto este impacto? ¿O es simplemente una estrategia de la compañía OVO para salir en los medios de comunicación? El periódico británico The Guardian ha preguntado a varios expertos para saber si es verdad… y resulta que sí, que nuestros mails inservibles están haciendo mucho daño a la naturaleza. Según Mike Berners-Lee, profesor del centro de medio ambiente de la Universidad de Lancaster.
“Cuando estás escribiendo, tu ordenador usa electricidad”, dice. “Cuando presionas enviar, pasa a través de la Red y se necesita electricidad para que Internet funcione. Y terminará siendo almacenado en la nube en algún lugar, y esos centros de datos usan mucha electricidad. No lo pensamos porque no podemos ver el humo que sale de nuestros PC’s, pero la huella de carbono de los ordenadores y de la informática en general es enorme y cada vez está creciendo”, asegura el experto en The Guardian.
Tal y como informan desde Cinco Días, el tráfico y almacenamiento de datos, el desembarco de nuevas tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) o que prácticamente cada usuario disponga ya de un smartphone implica que las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero se hayan disparado en los últimos años. Tal y como recoge la consultora FTI Consulting, el hecho de «enviar 65 emails es equivalente a utilizar un vehículo durante un kilómetro».
La llegada de la red de telefonía 5G, que ayudará a implantar el Internet de las cosas, hará que en 2020, es decir, en apenas unos meses, más de 25.000 millones de dispositivos conectados a Internet. Y todos ellos transmitiendo datos a servidores que estarán consumiendo electricidad de forma bestial.
Algunas empresas como Apple han tomado conciencia de este problema y han montado enormes placas solares en sus centros de servidores y en sus oficinas. El año pasado comunicó que sus instalaciones de todo el mundo funcionan al 100 % con energía limpia. Este logro incluye las tiendas, oficinas, centros de datos e instalaciones compartidas en 43 países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, China e India.
Google también ha seguido el mismo camino y ya realiza todas sus operaciones mundiales, incluidos centros de datos y oficinas, con un 100% de energía renovable.
Pero el problema no son las empresas de Silicon Valley, que han firmado protocolos para usar energías renovables, sino en las grandes operadoras telefónicas, que son las que poseen la infraestructura de Internet pero que todavía no se han convertido en compañías ‘verdes’. Hasta entonces, todos deberíamos usar nuestros aparatos con moderación, lo mismo que el coche.